“No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”(Voltaire). Por lo tanto no es correcto, ni adecuado agredir a nadie, sea parlamentario o no, y menos, por sus ideas, sobre la realidad nacional o lo que sea. Con nuestros actos violentos, verbales o físicos, estamos directamente en contra de la libertad de pensamiento, y por cierto, justificando las acciones de represión del Estado en contra nuestra.